Cuando a un hijo/a se le diagnostica diabetes tipo 1, el desafío es ayudarle a entenderla y a aceptarla. En el camino hacia la autonomía, los padres juegan un papel importante, ya que, antes de los 6-7 años, a menudo son ellos quienes lo controlan todo. Sin embargo, rápidamente, el niño/a aprende a responsabilizarse y a controlar su diabetes. Ser padre/madre es el mejor «trabajo» del mundo, ¡pero no es el más sencillo! Que no cunda el pánico, aquí tenéis unos consejos…
Enseñar en qué consiste la diabetes: un juego de niños
Jugar es una manera eficaz de ayudar a los niños a entender y aprehender mejor la diabetes tipo 1. Divirtiéndose, retienen mejor y ganan más rápido en autonomía. Juegos de mesa como «Did Act Tic Tac» o aplicaciones para móvil como Glucozor, convierten este aprendizaje en algo lúdico.
Adaptar el aprendizaje a la edad del niño/a
La participación del niño/a en los cuidados es importante para que viva lo mejor posible su diabetes y su tratamiento. Muy progresivamente, incluso desde la primera infancia, es bueno implicarlos. Naturalmente, conforme van creciendo, la responsabilidad se va traspasando de padres a hijos.
Estos son algunos puntos de referencias:
- En infantil, el niño/a se interesa por su tratamiento y empieza a participar: decide qué dedo pinchar, enciende el medidor de glucosa, desliza una tira, escanea solo/a su medidor de glucosa, lee sus resultados, etc.
- De 6 a 11 años, aprende a manejar su bomba de insulina (en el caso de llevar una), a controlar su glucemia de forma autónoma, a preparar las inyecciones de insulina, incluso a pincharse.
- Continuando con el aprendizaje, el niño/a que se ha convertido en adolescente es totalmente autónomo/a al entrar al instituto.
Diabetes en el niño/a: implicar al entorno
Un buen conocimiento de la diabetes tipo 1 es esencial tanto para los padres como para los hijos. Para ayudarles, la asociación AJD (Aide aux Jeunes Diabétiques) ofrece curisllos de educación terapéutica, dentro de un marco de actividades físicas y de ocio. Estas estancias educativas se realizan en forma de campamentos para niños de 3 a 12 años.
Es importante implicar al entorno del niño/a: el resto de su familia, sus amigos/as, sus profesores/as, etc. Podemos charlar con ellos sobre la DT1, hacer demostraciones de cuidados… Al sensibilizar al entorno de tu hijo/a, le aseguramos un apoyo y una buena integración.
Aprendizaje de la autonomía: fomentar el diálogo con el equipo médico
Para favorecer su autonomía y su implicación, es ideal que el niño/a hable de manera regular con los profesionales de la salud encargados de su seguimiento. Cuanto antes se lleve a cabo el diálogo, mejor serán los futuros reflejos.
Dentro del equipo paramédico, un/a diabetólogo/a garantiza el seguimiento y control de la diabetes, un/a enfermero/a de formación enseña los actos médicos y un/a dietista garantiza el equilibrio de la alimentación. El/la enfermero/a escolar también puede representar un papel para ayudar a tu hijo/a a pincharse en la pausa del mediodía, por ejemplo.
Consejos para los padres
- ¡Tened paciencia! La autonomía se adquiere con los años.
- Dejad que vuestro hijo/a cometa errores, aprenda por sí mismo/a.
- Para animar a vuestro hijo/a a seguir de forma correcta su tratamiento, podéis recompensar los comportamientos positivos.
- Mientras que es pequeño/a, puede tener la impresión de haber sido castigado/a. Tranquilizadlo/a, escuchadlo/a y habladle de manera dulce y comprensiva.
- Tened cuidado de no reducir el niño/a a su enfermedad. Su situación no debe superar a la condición de niño/a.
- Un último consejo: ¡tened confianza en vosotros y vuestras capacidades, así como en las de vuestro hijo/a!