Diabetes en verano: ¿cómo afecta el calor a la diabetes tipo 1?

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Calor, baños de sol y mar, largas sesiones de bronceado… ¡han empezado las vacaciones de verano! Para que no tengas que preocuparte de tu diabetes en la playa, un buen control de tu dm tipo 1 te permitirá saborear estos momentos tan esperados. Aquí te dejamos algunos consejos sencillos y prácticos para que te olvides de tu diabetes al sol. ¡Disfruta del verano con diabetes tipo 1!

Controla los efectos del calor en tu diabetes tipo 1: aumento de la glucemia

La diabetes y el verano no siempre son una buena combinación, porque el calor puede ser estresante para el cuerpo. Con el calor, tu cuerpo libera hormonas que hacen que aumente la glucemia. La combinación de la hiperglucemia y el calor puede provocar deshidratación. La solución para evitar que la diabetes tipo 1 arruine tu verano es mantenerte bien hidratado durante todo el día, y para ello nada mejor que el agua.

Tienes que saber que con la insulina, el calor actúa sobre la glucemia porque aumenta la dilatación de los vasos sanguíneos. Con el calor, la insulina se absorbe más rápido y puede causar hipoglucemia, incluso si usas la dosis habitual.

Para controlar adecuadamente tu diabetes en verano, especialmente en la playa, evita la exposición prolongada al sol durante las horas más calurosas (12-16 h). Una recomendación que se aplica a todo el mundo. Recuerda proteger la ubicación de la inyección de insulina de las radiaciones solares directas y medir tu nivel de glucemia con regularidad. Hay que tener cuidado con la insulina y el calor. La insulina debe permanecer a una temperatura estable y protegida de los rayos UV que pueden reducir su eficacia: si usas una bomba, trata de mantenerla a la sombra siempre que sea posible.

Diabetes en verano: equípate para gestionar tu diabetes en la playa

Calor, rayos UV, granos de arena, sal… Tu equipo para controlar tu tipo de diabetes 1 durante tus vacaciones de verano puede dañarse en la playa. Para evitarlo, equípate con bolsas isotérmicas con cremallera o incluso aquellas que puedas proteger en una nevera, para limitar las variaciones en la temperatura de tu equipo de control.

Si la playa de tus sueños está un poco aislada o haces una parada en una isla, recuerda llevar algo para picar, así como reservas de azúcar para subir la glucemia rápidamente si es necesario.

Algo imprescindible en tu bolso de playa, para gestionar tu diabetes en verano, es la crema solar (con índice de protección alto, ya que el aceite de coco huele bien pero no protege) y los antisépticos y apósitos impermeables. Además, ten cuidado cuando estés en contacto con conchas y corales para evitar lesiones. ¿Tus mejores aliados? Unas zapatillas de agua diseñadas para bucear y caminar por la playa.

En cuanto al traje de baño, tenemos buenas noticias para las mujeres que viven con diabetes tipo 1: ¡la parte de abajo del bikini con cintura alta está de moda! Esto es ideal para deslizar discretamente tu bomba de insulina o cubrir un sensor, y evitar así la temida marca de bronceado. El bañador, en vez del bikini, también es un buen aliado si tienes dm tipo 1, y se ha convertido en una prenda muy chic.

Para paliar una bajada de azúcar, el plátano es práctico y fácil de llevar y te permitirá tener siempre a mano algo que comer, incluso en medio de un partido de vóley playa.

Diabetes, sol y deportes de verano: ¡controla tu glucemia!

Para los más deportistas o simplemente si te apetece practicar un deporte de playa con diabetes, ¡apuesta por el trío ganador: hidratación, glucosa y glucemia! Cuando disfrutas del sol con diabetes lo mejor es vigilar periódicamente tu glucemia porque, como hemos comentado anteriormente, el calor puede aumentar el riesgo de hipoglucemia, lo que puede ocurrir practicando cualquier actividad deportiva. Una buena idea para conciliar la diabetes mellitus tipo 1 y deportes de verano es evitar practicarlos durante las horas más calurosas.

Para actividades acuáticas, si usas una bomba de insulina con tubuladura, es recomendable quitártela y ponerla en un recipiente impermeable, controlando tu glucemia antes y después de nadar. Algunos modelos de bombas de parche y sensores son resistentes al agua y, por lo tanto, no requerirán esta precaución (consulte el manual del usuario).

Diabetes y verano: las dulces tentaciones de unas vacaciones en la playa

A veces, pasar la tarde en la playa supone ceder a las tentaciones de la comida basura: churros, buñuelos, helados…las delicias veraniegas suelen estar cargadas de azúcar y grasas, poco aconsejables con dm tipo 1. Si no estás acostumbrado a comerlas, puede ser difícil evaluar la cantidad precisa de carbohidratos que contienen. Un postre tipo Donut puede contener, por ejemplo, entre 50 y 100 g de carbohidratos, dependiendo de su tamaño. Consulta alguna aplicación de recuento de carbohidratos o consume helados envasados, en los que encontrarás con mayor facilidad el análisis nutricional.

En la playa o en la montaña, ¡disfruta de tus vacaciones de verano con diabetes!

Además del calor, pueden producirse otros cambios significativos en el período estival que tienes que tener en cuenta al gestionar tu dm tipo 1: jet lag, cambios en la dieta o en el sueño… Para vivir bien con diabetes en verano, ya sea en la playa o en la montaña, intenta mantener horarios estables de comida y sueño durante al menos parte de las vacaciones. Además, bebe mucha agua y controla tu nivel de glucemia con más regularidad. Todos estos gestos diarios te permitirán disfrutar del sol y del verano ¡sin preocuparte de tu diabetes tipo 1!

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