Hola a todos(as) y bienvenidos(as) a mi crónica 🙂. Soy Stéphanie, tengo 42 años y soy enfermera con diabetes tipo 1 desde hace 27 años. Además, también soy mamá de una niña con dm tipo 1 desde 2017. |
A mi hija de 13 años le diagnosticaron una diabetes de tipo 1 en 2017. Sigue un tratamiento con bomba de insulina desde hace 3 años. La diabetes tipo 1 y la adolescencia no siempre se llevan bien. Hay muchos altibajos y periodos de relajación e incomprensión, en los que vivir con una diabetes del tipo 1 es una carga pesada, y ser independiente es complicado…
A esta edad hay cosas que son más difíciles de gestionar que otras. Entre las situaciones particularmente difíciles que hemos vivido últimamente, está este caso de hipoglucemia grave y diabetes tipo 1 sobre el que quiero hablaros. Espero que mi experiencia pueda serviros para detectar las probables causas y síntomas de una hipoglucemia, y para saber reaccionar en caso de hipoglucemia grave con diabetes tipo 1 en la adolescencia.
Unas vacaciones que pudieron acabar muy mal
Mi hija, adolescente con mellitus tipo 1, se fue a casa de su padre a pasar la mitad de las vacaciones. Para mí, que también padezco dm tipo 1, y que estoy acostumbrada a ocuparme de ella y de su diabetes diariamente, nuestra separación es siempre un motivo de nerviosismo.
Una mañana, recibí una llamada de su padre aterrorizado. Entre sollozos me explicó que nuestra hija estaba en el suelo, al lado de su cama, inconsciente, y que estaba sangrando. Antes de llamarme ya había contactado a los servicios de emergencia, que estaban de camino.
La primera reacción, cuando se tiene un hijo con diabetes tipo 1 que se desmaya, debe ser controlar su glucemia.
Su padre me explicó que el sensor de glucosa continuo marcaba 1,28. A simple vista, la glucemia era normal, lo que nos llevó a pensar que el desmayo se debería a otra cosa y que no era una hipoglucemia grave por su diabetes tipo 1 durante la noche.
Me puse rápido en marcha para reunirme con ellos. El trayecto me pareció interminable. Fueron los minutos más largos de mi vida, en los que todas las posibilidades se me pasaron por la cabeza.
Cuando llegué, los bomberos y el servicio de emergencias ya habían llegado. Mi hija estaba sentada en una silla de ruedas. Sus ojos estaban dilatados, miraba al vacío, vomitaba…, ¡pero respiraba y estaba consciente!
El médico me habló de pérdida de conocimiento, convulsiones con mordeduras de lengua y volvió a precisar que la glucemia era totalmente normal. Mencionó entonces la posibilidad de que se tratase de problemas neurológicos.
Yo pensé inmediatamente en cosas terribles como un tumor o una crisis de epilepsia, “¡por favor, ya tenemos bastante con la diabetes tipo 1!”.
Pruebas en el hospital y un poco de alivio
Mi hija se sintió confundida durante toda la duración del trayecto al hospital, vomitó y se volvió a dormir.
En ese momento, todos los síntomas concordaban con el diagnóstico de una hipoglucemia grave con diabetes tipo 1.
Una vez ingresada en el servicio de urgencias del hospital, los y las profesionales de salud le hicieron un escáner cerebral que, afortunadamente, resultó ser normal. ¡Qué alivio, por lo menos no había ningún tumor!
Nos quedamos un poco más tranquilos, aunque esto quería decir que la causa del desmayo todavía se desconocía y que había que seguir investigando.
Sin embargo, nuestra hija no recuperó completamente la consciencia, a pesar de que su glucemia seguía estable.
Para estar seguros de que todo iba bien, en el hospital nos recomendaron una hospitalización para hacer un balance neurológico completo (IRM, electroencefalograma…).
Las cosas empezaron a calmarse un poco. Después de estos momentos de pánico, fui recuperando poco a poco mi serenidad y me encontré de nuevo en condiciones de pensar.
Un diagnóstico sorprendente: ¡hipoglucemia grave con diabetes tipo 1!
Ya un poco más tranquila, cogí el lector de glucemia de mi hija para consultar el historial y la curva de las últimas horas. ¡Fue ahí cuando me di cuenta de que se trataba de una hipoglucemia grave!
Pude ver rápidamente que había habido una bajada brusca de su glucemia alrededor de las 3 de la madrugada, lo que puede complicar mucho la existencia de una persona con diabetes del tipo 1. Investigando un poco más, pude comprobar que se había administrado una dosis de insulina sobre las 23 h del día anterior, que fue la responsable de la bajada glucémica cuatro horas más tarde.
En realidad, sobre las 3 h de la madrugada y en pleno sueño, mi hija adolescente con diabetes tipo 1 fue víctima de una hipoglucemia nocturna, con una tasa de 0,40 g/L, demasiado baja.
Al darse cuenta, intentó levantarse, pero en ese estado, se cayó. La caída provocó un aumento de su adrenalina, la hormona del estrés, que tiene la particularidad de ser causante de hiperglucemia. Esto explica que cuando su padre y el servicio de emergencias controlaron su glucemia, esta fuera normal.
Esta historia de hipoglucemia grave y diabetes tipo 1 terminó finalmente con una hospitalización en diabetología.
Mi hija tardó algunos días en recuperarse, y después de haber recibido algunos consejos de educación terapéutica sobre diabetes tipo 1 en la adolescencia, retomó su vida donde la había dejado.
Todo esto para deciros que un desmayo en una persona que padece diabetes nunca es insignificante y necesita un tratamiento rápido y supervisado por profesionales de la salud. Una de las prioridades es controlar la glucemia y determinar si el paciente puede padecer una hipoglucemia grave por su diabetes tipo 1.
Además, no hay que olvidar que, aunque la persona viva cotidianamente con una diabetes, ¡no siempre es responsable de todo lo que le pasa! Diabetes tipo 1 y adolescencia no siempre son fáciles de gestionar.