Hola y bienvenido/a a mi crónica. Soy Léonor Marchand (@t1d.leonor), tengo 27 años, soy deportista, me apasionan los viajes y me fascinan las relaciones humanas. Tengo diabetes tipo 1 desde 2016 y soy la fundadora de la asociación Type 1 Family. |
Garantizo mi supervivencia a la diabetes tipo 1 y al confinamiento
Lo primero que hice al enterarme del confinamiento: ¡garantizar mi supervivencia! Calculé mis necesidades de insulina, material de bomba, material de seguimiento glucémico y dosis de azúcar y me abastecí para un mínimo de 3 semanas. Tomé las medidas necesarias: correo electrónico a mi diabetólogo, visita a la farmacia, llamada a mi proveedor para cambiar la dirección de entrega de mis materiales, compra de dosis de azúcar en el supermercado. Aunque ahora luchamos contra la COVID-19, yo sigo conviviendo con una diabetes tipo 1. Debo asegurarme de poder seguir mi tratamiento, incluso confinada.
Mantengo el contacto con mi familia y amigos durante el confinamiento
Como es natural, llamo a mis amigos/as y mi familia por videoconferencia. Pero también mantengo la relación con mi familia DT1. Desde el principio del confinamiento, organicé un LIVE en las redes sociales para hablar de la situación. Durante una hora, expuse mi situación personal, mis condiciones de confinamiento, mis impresiones, las medidas que tomé y pregunté a todas las personas dónde se encontraban y cómo se sentían. El simple hecho de preguntar es primordial. Continúo publicando, hablando con otras personas que conviven con la diabetes tipo 1. ¡Esta comunidad es increíble!
Me tomo tiempo para mí
Me creé mi programa de actividades de confinada. El confinamiento podemos sufrirlo o podemos decidir aceptarlo y aprovechar este tiempo. Parecido a cuando recibí mi diagnóstico: decidí que ya que tenía que lidiar con esto, mejor convertirlo en una oportunidad. Así que hice una lista de cosas que nunca tengo tiempo de hacer normalmente o que sueño con hacer desde hace mucho tiempo:
- Escuchar un podcast de cultura general,
- Aprender un nuevo idioma en una aplicación (en mi caso, el italiano),
- Seguir una clase de actividad física en línea cada día,
- Leer novelas (al sol),
- Dibujar y pintar,
- Hacer pasteles y compartir mis recetas,
- Aprender a tocar el piano (todavía tengo que mejorar mucho).
Claro está, no estamos obligados/as a hacerlo todo. También veo series y nunca he dormido tanto. Al igual que no hay «buenos/as» o «malos/as» diabéticos/as, no existe una manera correcta o incorrecta de vivir el confinamiento. No hay ninguna obligación de «prestar atención al peso», de «gestionar perfectamente las glucemias» o incluso de ser «productivo/a». Cada uno/a sigue sus propias convicciones. Además, las tareas de mi lista están puntuadas de mayor a menor importancia:
- Dormir más de 8 horas por la noche,
- Dedicar horas a Instagram, Twitter o Tik Tok,
- Hacer crucigramas,
- Ver Anatomía de Grey, La casa de Papel, Oficina de infiltrados, Top Chef, Pulseras Rojas, toda la saga de Harry Potter o incluso La Maison France 5.
- Sentarme 2 segundos en el sofá y preguntarme cómo es posible que ya hayan pasado 2 horas,
- Un paseo por la naturaleza para observar las flores y los pájaros.
Hacer experimentos
El confinamiento también es la oportunidad de «poner a prueba» mi diabetes. Estoy en mi casa, con todo lo necesario para gestionar mi diabetes tipo 1 y para hacer frente a una hiperglucemia o hipoglucemia sin correr riesgos. Entonces, experimento:
- Una dosis de azúcar con pan de plátano, ¿funciona?
- Un ayuno glucídico para ajustar mi basal,
- Deporte por la mañana frente a deporte por la tarde,
- Efectos del cardio frente a un fortalecimiento muscular,
- Desafíos de todo tipo: lograr permanecer un 90 % del tiempo dentro de los valores, atrapar un unicornio, adivinar mi glucemia,
- Y el más difícil de todos: ¡mantenerme en el rango de valores tras comerme una pizza!
En resumen, estoy confinada con mi diabetes tipo 1.